La falta de personal cualificado en guarderías infantiles en Alemania se está tornando en un problema cada vez mayor que afecta la calidad de atención de los niños y la situación de los educadores, subraya hoy un informe de la Fundación Bertelsmann.
Para poder ofrecer una atención adaptada a las necesidades de los menores, se necesitan unos 106.500 puestos de trabajo adicionales a tiempo completo en los establecimientos de todo el país, señala el estudio sobre educación en la primera infancia.
Existen claras diferencias entre los distintos estados federados. En el oeste de Alemania la situación es mucho mejor que en el este. Por lo tanto, las oportunidades de poder acceder a una educación temprana acorde a las necesidades siguen dependiendo del lugar donde vive la gente, destaca el informe.
Un factor clave para la calidad de las guarderías es el número de personal.
Según el análisis, el 1 de marzo de 2018 un educador de jardín de infantes -la gran mayoría son mujeres- atendía a 8,9 niñas y niños de entre tres y seis años. En el caso de los menores de tres años, una persona estaba a cargo de 4,2 niños.
Este valor estadístico, más bien teórico, no es suficiente, enfatiza Kathrin Bock-Famulla, autora del estudio promovido por la Fundación Bertelsmann.
Lo recomendable es una pedagoga para 7,5 niños y niñas de entre tres y seis años y una a cargo de un máximo de tres niños de hasta dos años, señala la experta.
Según el estudio, la realidad cotidiana demuestra que el personal cualificado dedica menos tiempo a la atención adecuada de los niños.
Los maestros deben destinar casi un tercio de su tiempo de trabajo a cumplir con tareas que no son estrictamente pedagógicas, como reuniones con los padres o informes laborales, agrega el informe.
Gütersloh (Alemania), 26 sep (dpa)
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