El presidente de la junta directiva de la automotriz alemana BMW, Harald Krüger, confía en que el fabricante de vehículos logrará cumplir con las normas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que regirán en Europa en 2021 y así evitar el pago de multas, según indicó hoy en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra.
Los niveles de CO2 de la flota de las marcas del grupo BMW y Mini son inferiores a los de los competidores, señaló Krüger. Además, la empresa irá por buen camino a partir de finales de año gracias a los diez modelos híbridos con tecnología plug-in y dos variantes de coches completamente eléctricos.
«Podemos lograrlo», comentó Krüger, pero los niveles aún más bajos previstos para 2030 «son un desafío dramático», agregó el ejecutivo.
BMW vende hoy en día un nueve por ciento de sus coches con propulsión híbrida o eléctrica, muchos de ellos en China. Pero en numerosos países de Europa este porcentaje no supera el dos o el tres por ciento, observó Krüger. Por ejemplo, en los Países Bajos la demanda cayó drásticamente desde que el Gobierno redujo las subvenciones.
Dado que adquirir un coche eléctrico es mucho más costoso, el fabricante tiene que convencer a los clientes paulatinamente con argumentos tales como la propulsión silenciosa, la enorme aceleración y los bajos costes de mantenimiento, destacó.
Esta estrategia funciona, ya que el 80 por ciento de los clientes de autos eléctricos vuelve a comprar un vehículo de este tipo, añadió Krüger.
El grupo BMW no planea una reducción de su personal, reveló el ejecutivo. La plantilla «de momento tiene mucho que hacer», acotó.
Para hacer frente a las inversiones requeridas por la electromovilidad, BMW ahorra en el área de la gran variedad de equipamientos, cancela la producción de ciertos modelos de baja demanda e inicia cooperaciones, por ejemplo la acordada con Daimler en los servicios de coche compartido y en el desarrollo de la conducción autónoma.
Ginebra (Suiza), 5 mar (dpa)
