La ciudad de Bremen se encuentra al noroeste de Alemania. Junto con la ciudad de Bremerhaven (o puerto de Bremen), forma el estado federado más pequeño de los 16 que conforman la república federal alemana. Geográficamente, este “Land” (estado federado) limita en su totalidad con el estado de Niedersachsen (Baja Sajonia).
La ciudad cuenta con 550.000 habitantes, mientras que el área urbana alberga unos 900.000. Está bañada por el río Weser y su puerto fluvial es el segundo puerto comercial más importante de Alemania.
Bremen es una de esas ciudades que los alemanes describirían cono “Schön Klein”, algo así como “los mejores perfumes vienen en frascos pequeños”. En minutos puedes pasar de una calle en la que se puede respirar el Art Nouveau a un distrito medieval o a un barrio alternativo de estudiantes. O lo mismo estás cansado y te apetece sentarte en una de las terrazas del paseo a orillas del rio y disfrutar de una Becks, la cerveza local.
¿Y en cuanto a su historia?
Bremen fue mencionada por primera vez en un escrito del año782. Se conoció como la “Roma del Norte” al comienzo de su propia historia, puesto que tras el asentamiento de Carlomagno en el 787 se usó como la base principal de la Escandinavia cristianizada. En 1260 pasó a formar parte de la Liga Hanseática, pero después de cierto tiempo se independizó de esta. En 1358 se volvió a adherir, aunque volvería a ser expulsada por lo menos dos veces más. En 1646, tras la guerra de Los 30 años se convirtió en una ciudad- reino independiente y a día de hoy aún conserva el título de “Ciudad Libre Hanseática”.
¿Qué visitar en Bremen?
La Plaza del Mercado
En el corazón de la ciudad se encuentra “die gute Stube” (el salón) o Plaza del Mercado. Fue erigida hacia el año 1400 y en sus 3.804 metros cuadrados alberga algunos de los edificios más característicos de la ciudad. En la zona noreste se encuentra el ayuntamiento, construido hace aproximadamente 600 años. Esta es una de las construcciones góticas más representativas de Europa, a pesar de su fachada renacentista reconstruida en el siglo XVII.
El ayuntamiento lo custodia el Roland, una figura de piedra de 10 metros construida en el año1404 que representa la libertad y los derechos de Bremen. Dicen que la ciudad permanecerá libre, mientras la figura de Roland siga en pie.
Tanto el ayuntamiento como la escul tura son Patrimonio de la Humanidad, declarado en el 2004 por la Unesco.
La catedral de San Pedro
Su primera construcción de madera data del siglo 789, pero esta iglesia se caracteriza por sus constantes reconstrucciones en piedra y ladrillo posteriormente. En 1511 se reconstruyó de forma definitiva en el estilo gótico aunque volvería a ser restaurada varias veces a lo largo del siglo XX. La catedral de San Pedro pertenece a la Iglesia Evangélica alemana. Cuenta con cinco órganos, de hecho, Bremen es una ciudad de larga tradición organística y a menudo se pueden escuchar conciertos que te transportarán a otra época.
Böttcherstraße
En 1922 Ludwig Roselius, comerciante de café y, curiosamente, el descubridor del café sin cafeína, encargó edificar la calle Böttcher. La belleza de esta calle Art nouveau radica sobre todo en la construcción de sus edificios de ladrillo, sus cristaleras y sus figuras. La calle mide 108 metros y va desde la plaza del mercado hasta el río Weser. Merecen una mención especial el Lichhtbringer (escultura dorada del apocalípsis), la casa Atlantis o el museo Paula Moderson- Becker, pero solo las pequeñas tiendas artesanales ya merecen la pena.
Los músicos de Bremen
Un burro, un perro, un gato y un gallo son los protagonistas del cuento de los hermanos Grimm homenajeado por esta estatua de bronce creada por Gerhard Marcks en 1953. Son miles las personas que le tocan las patas delanteras al asno de la estatua, pues dicen que da buena suerte,
+pero ojo, el gesto ha de hacerse con las dos manos a la vez, puesto que si no un autóctono podría pensar que un asno le está dando la mano a otro asno.
Die Schlachte
Éste es el paseo a la orilla del Wesser. Es uno de los antiguos puertos fluviales de la ciudad pero fue remodelado hace unos pocos años. Las terrazas y las cervecerías llenan de vida el paseo, y mezclan a personas de todas las edades. Se pueden ver los barcos anclados a lo largo del muelle y cuando hace buen tiempo, se puede navegar por el rio en alguno de ellos.
Mühle am Wall
Muchos visitantes se sorprenden al salir de la estación central de Bremen y encontrarse con un molino enorme. Situado sobre un lecho de flores de temporada, este molino es una de las atracciones más fotografiadas de la ciudad. Hasta 1950 el molino tuvo la tarea de moler harina, pero hoy en día se ha transformado en un café que da la opción de visitar la construcción.
Schnoor
Este curioso barrio es lo que queda del “viejo Bremen”. Antiguamente vivían en él los pescadores, pero hoy se ha reinventado y se ha convertido en un pintoresco conjunto de restaurantes, cafés y elegantes boutiques muy popular. La palabra “Schnoor”, del alemán antiguo, significa cuerda, y se le llama así al barrio, puesto que antes se manufacturaban allí cabos para barcos.
¡Muy bueno!
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