Cómo superar con éxito una entrevista de trabajo en Alemania (II)

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La semana pasada compartimos con vosotros una publicación con recomendaciones para superar una entrevista de trabajo en Alemania. Hoy os traemos la segunda y última parte de esta serie de post basados en la infografía que publicamos hace unos meses, con más sugerencias y algunos consejos.


  • Responder de forma clara y precisa

Si tú no tienes confianza en ti mismo, ¿por qué debería tenerla el entrevistador? Es importante que nos mostremos seguros de nuestras capacidades y que sepamos transmitir esta autoconfianza (que no arrogancia) en nuestras respuestas. Empleemos un discurso conciso y directo, sin irnos demasiado por las ramas y proporcionando ejemplos concretos de que poseemos la experiencia y las habilidades que decimos tener.

Para ser capaces de responder de manera segura convendría llegar a la entrevista sabiendo de antemano qué tipo de preguntas vamos a tener que responder. Si bien esta información queda obviamente fuera de nuestro alcance, sí está en nuestras manos preparar alguna respuesta para las preguntas que más típicamente se realizan en las entrevistas de trabajo. Éstas son las más comunes:

  • ¿Puede hablarme un poco de usted?
  • ¿Puede describir brevemente su carrera profesional?
  • ¿Por qué ha solicitado este empleo?
  • ¿Por qué ha dejado su último empleo? (o ¿por qué está pensando en dejarlo?)
  • ¿Cuáles son sus debilidades? ¿Y sus fortalezas?
  • ¿Dónde se ve en cinco años?
  • ¿Qué puede aportar a esta empresa?
  • ¿Qué sabe de esta empresa?
  • ¿Por qué deberíamos contratarle?
  • ¿Cuál es su principal logro profesional?
  • ¿Qué espera conseguir en su próximo empleo?
  • ¿Cómo se maneja en situaciones de estrés?

Es cierto que algunas de estas preguntas inspiran cierta “pereza” por lo mucho que se repiten de una entrevista a otra, pero precisamente por lo comunes que son debemos saber qué responder. Puede que finalmente el entrevistador nos sorprenda con alguna pregunta inesperada o que no nos formule casi ninguna de las preguntas que teníamos preparadas, pero en cualquier caso debemos traer los deberes hechos de casa y nuestras respuestas más o menos pensadas (es importante mantener la naturalidad al contestar).

Otra de las cuestiones que es muy probable que nos presenten es la referida a nuestras expectativas salariales. Por supuesto, lo ideal es dejar que sea el entrevistador quien mencione primero este tema. ¿Cómo responder a esta pregunta? Es complicado encontrar un punto en el que sintamos que ni estamos pidiendo demasiado ni estamos infravalorando nuestro trabajo por pedir demasiado poco. Por ello, es más conveniente contestar proporcionando un rango salarial más que una cifra concreta.

Además del salario, otros temas que debemos evitar mencionar (sobre todo al principio de la entrevista) son las vacaciones, los días libres, las referencias negativas a empleadores anteriores o los asuntos familiares o privados.

 

  • Hacer preguntas

Cerca del final de la entrevista es altamente probable que el entrevistador nos inquiera acerca de dudas o preguntas que queramos presentarle. Podemos caer en la tentación de decir que no tenemos ninguna pregunta, quizás para evitar incomodar al entrevistador o para cerrar la entrevista cuanto antes si es que no estamos demasiado cómodos. No obstante, esto sería un error importante. Hay que preguntar tanto para mostrar nuestro interés por el puesto como para obtener información concreta de la empresa. La entrevista no tiene como único objetivo la valoración por parte del entrevistador de nuestra aptitud para el puesto, sino que también nosotros debemos evaluar si la compañía y el puesto se ajustan a lo que estamos buscando.

Es obvio que el entrevistador va a sacar ciertas conclusiones del tipo de preguntas que formulemos, por lo que es esencial que hagamos preguntas adecuadas y de calidad. Es recomendable tener preparadas al menos cinco preguntas para cada entrevista, para finalmente formular solo algunas de ellas en función del cauce que haya llevado la conversación y de los temas que se hayan tratado previamente. Aquí van algunas ideas sobre preguntas que podemos hacer al entrevistador:

  • ¿De qué tareas o proyectos seré responsable?
  • ¿Cuáles son los principales retos de este puesto?
  • ¿Recibiré algún tipo de formación?
  • ¿Cómo se traduce el éxito en este puesto?
  • ¿Tiene alguna duda respecto a mi experiencia o cualificación para el puesto?
  • ¿Qué características tiene el equipo de trabajo con el que trabajaría?
  • ¿Cuenta la empresa con planes de formación continua?
  • ¿Cuál es el siguiente paso en el proceso de selección?

Estos son simplemente algunos ejemplos de posibles preguntas, pero la gama de opciones que tenemos es ciertamente amplia. Con preguntas como éstas podemos lograr transmitir iniciativa y dinamismo, en contraste con la actitud pasiva que mantienen muchos candidatos. Lo que debemos intentar, en definitiva, es transformar la entrevista en una conversación.

 

  • Contactar de nuevo

Una vez que nos hemos despedido del entrevistador con un firme apretón de manos y hemos salido del edificio manteniendo en todo momento nuestra actitud profesional, se podría pensar que lo único que queda es esperar a que nos vuelvan a contactar. Sin embargo, esto no es del todo cierto y la última recomendación que presentamos en este post va en esta línea.

El día después de la entrevista deberíamos tomarnos la molestia de escribir un e-mail dando las gracias por ella, resumiendo nuestras impresiones y expresando nuestro interés por seguir adelante en el proceso de selección (si es que realmente estamos interesados). Hay quien opina que el e-mail es un canal demasiado informal para este tipo de notas de agradecimiento, abogando por enviar una carta por correo postal, escrita en un procesador de texto, impresa y firmada.

Por último, asumimos que en la entrevista se nos comunicó o preguntamos por el plazo de tiempo en el que el reclutador nos contactaría de nuevo para comunicarnos si sigue teniendo interés en nosotros para el puesto. Una vez que se cumpla ese plazo o, si no se nos proporcionó ninguna fecha concreta, un par de semanas después de la entrevista podemos sentirnos con la libertad de hacer una llamada a la empresa para informarnos acerca de la situación de nuestra candidatura. Tenemos todo el derecho a hacerlo e incluso puede ser positivo para continuar enfatizando nuestro interés real por el puesto.

 

Esperamos que estas recomendaciones os hayan resultado útiles. Podéis consultar otras publicaciones sobre el currículum o la carta de presentación en nuestra sección de Trabajo Alemania. Seguiremos compartiendo contenidos a través de otros canales . Para los que estéis en busca de trabajo, os animamos a echar un ojo a las ofertas de trabajo disponibles.