La «Alemanización»

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En Destino Alemania hoy tenemos el placer de compartir una entrada de Servidora, autora del blog «Fackitol… y riase la gente!, un texto con el que muchos seguro que se sienten identificados:

Si en 2005 me hubieses preguntado que cuánto llevo en Alemania, te hubiese contestado alegremente que un añito. Si me hubieses preguntado en 2010, te hubiese dicho que (a ver, rápidamente, haz la cuenta) que con la tontería ya llevo mis 6 años por aquí. Si me preguntases ahora mismo que cuánto tiempo llevo en Alemania, solo se me ocurriría una respuesta que darte: demasiado.


Normalmente los estragos de la alemanización los notas cuando vuelves a casa. Llamas a tus amigas para salir por ahí como en los viejos tiempos y te dicen que sí, que claro que quedamos esa misma noche. A qué hora? A las 10 (que sabes que van a ser las 11). Y cómo aguanto yo sin cenar hasta las 11!? Que yo en Alemania a esa hora ya tengo hasta la digestión hecha! Haces de tripas corazón (porque así las tienes entretenidas) y aguantas estoicamente hasta las 10. Os veis en un restaurante fashionfashionsuperfashion para poneros al día, o séase, contaros lo poco que facebook esconde. Ah! Mi gozo en un pozo, esto es un guirigay! Siempre se ha hablado tan alto en los restaurantes? Si casi no me oigo a mi misma!

Puestas a no oírnos, digo yo, vámonos al bar! Intentas pagar “getrennt”, pero el camarero te mira como a un bicho raro. Por fin llegáis al bar y entonces son tus amigas las que flipan contigo cuando te vuelves loca bailando y bailando y bailando que cierran el bar y tú aún sigues bailando, que te da igual que te pongan el aserejé, que macarena, que cualquier pachanga chunga chunga porque, aceptémoslo… en Alemania no se baila. Y sí, ya se lo que me vais a decir: hay bares en Alemania donde se puede bailar salsa. A ver, cómo te lo digo: si consideras que un bar de salsa alemán suple de alguna manera cualquiera de los bares españoles en los que se baila cualquiera que sea la música que ponga… entonces te hemos perdido para siempre!

De vuelta a casa te sorprendes a las cuatro de la mañana parada en un paso de cebra con el semáforo en rojo, siendo los únicos presentes tú y ese arbustillo del desierto que solo pasa cuando no hay nadie (cómo se llama ese arbustillo, por cierto?). Te dices a ti misma: “perotutastonta?” y cruzas.

Sabes que has vivido demasiado tiempo en Alemania cuando vas a comer a un chiringuito de la playa y miras a tu alrededor para darte cuenta de que, bajo el sol de agosto a las 3 de la tarde, los únicos que no estáis comiendo a la sombra sois los guiris y tú. No has comido al sol nunca antes, pero es que te vuelves tanoréxica. Da igual que hayas salido la noche de antes, tú te levantas tempranito para ir a la playa. De hecho, vas a la playa aunque sea invierno, que te dejas a tu familia en estado de shock con ésos arrebatos.

Sabes que llevas demasiado tiempo en Alemania cuando el número de veces que vas a la peluquería por año es igual o menor al número de veces que vuelves a España. Es más, adivinas que un compañero ha estado recientemente por casa cuando le ves su nuevo corte de pelo. En la peluquería abres el hola o el diez minutos o cualquiera que sea la “literatura” presente y descubres que no conoces a nadie (lo cual no es necesariamente malo). Es más… que la Carbonero estaba embarazada??

Y la más cotidiana de las añoranzas: sabes que llevas demasiado tiempo en Alemania cuando el jamón deja de ser ese manjar del día a día para convertirse en objeto de culto. Lo veneras. Observas con preocupación cómo se va acabando… y entonces entiendes que ya toca volver a casa.

Original:  Servidora Tedesca, autora del texto original en http://www.fackitol.com

Seguro que muchos de los lectores se han sentido identificados con estos síntomas de «alemanización» que nos describe Servidora. Y seguro que otros han vivido situaciones similares. Si os apetece, os invitamos a contarlas abajo en los comentarios o en facebook.com/espanoles.alemania 

11 COMENTARIOS

  1. Un montón de tópicos tóxicos porferidos con bastante mal gusto por cierto. Esa persona que escribe esto deberiera volver cuánto antes a su maravillosa España; desde luego ¡en tierras germanas nadie la iba a echar de menos! Alemania y los alemanes no se merecen semejantes descalificaciones.

  2. Sr. o Sra. Mensch……yo soy de padre espanol, madre alemana, nacida y criada en Alemania hasta los 25, después 22 anos en Barcelona y desde hace 3 de nuevo en Alemania. No soy de aquí, ni de allá, o quizás de las dos partes…..Lo que vengo a decir, es que Ud. es el vivo ejemplo de la falta de sentido de humor y poca capacidad a soportar la más leve crítica que abunda en Alemania (entre la mayoría de Alemanes). Desdeluego…..yo me he cansado de este país, que poco tiene que ver con el ‘hogar’ al que pensaba estar regresando. Me vuelvo a Espana!!!

  3. Hola Mensch. Porqué has perdido el sentido del humor? Este artículo no descalifica de ninguna manera a los alemanes. Tan solo subraya la manera de vida del pueblo alemán y las diferencias que se destacan de la manera de vivir del pueblo español. Por otro lado también hay alemanes españolizados que muestran las tipicas características y que también vivirán ocasiones similares cuando visiten sus amigos y familiares en Alemania, de los cuales oirán comentarios parecidos. Todo esto no es motivo para indignarse. Ocurren en el mundo tantas cosas por las que de verdad hay que indignarse que podemos estar felices de tener aún cosas que nos hagan reir, como este artículo.

    • jajaja ….. estoy completamente de acuerdo contigo. A mi me pasa alrevés cuando visito a mi familia en Alemania. Me dicen que hablo demasiado alto, gesticulando con las manos todo el tiempo, etc. Lo que echo de menos en mi país son los bares de tapa con la música, la tele y la máquina de moler café a todo volumen ….. donde tienes que gritar para pedirle algo al camarero.

      Y como ya perdí las costumbres alemanas, meto la pata cada dos por tres. Me noto que hablo un alemán raro y la gente me trata como si fuera una marsiana 😉 Me encanta el artículo y no veo nada en absoluto que podría llegar a ofender a alguien con sentido de humor.