Después de un tiempo en Alemania, muchos de nuestros lectores entenderán el porqué esa pasión de los habitantes de estas latitudes para ir a buscar el sol a las costas del Mediterráneo.
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En el caso de Alemania, en especial Mallorca. Una isla que, tanto por parte de españoles como los alemanes, a veces tiene una imagen un poco denostada que apunta al “billig Tourismus”, las macrofiestas de S´arenal o el famoso Ballerman 6.
Sin embargo, aprovechando unas pequeñas vacaciones, hoy os vamos a contar alguna razones de por qué, como españoles alemanizados, Mallorca es una gran alternativa para descansar, cargar las pilas y disfrutar un poco en una especie de tierra de nadie en la que, si bien estamos en nuestro país, también encontraremos cierta armonía con nuestra identidad alemana.
Vuelos
Los vuelos a Mallorca procedentes de Alemania funcionan practicante como una línea de autobús. Hay muchos vuelos y combinaciones diarios y por tanto, casi siempre se puede encontrar una opción barata para viajar a las islas siempre y cuando no estemos en temporada alta (julio y agosto), época que, por nuestra parte, recomendaríamos evitar debido a la saturación de los hoteles, vuelos, playas y carreteras repletas de coches de alquiler. Por eso recomendamos épocas más económicas y menos comerciales para disfrutar de una isla y unas playas maravillosas. Por ejemplo, mayo, junio y septiembre.
Transporte e infraestructura
Dependiendo de la oferta turística que compremos, la infraestructura de las agencias que traen a gente desde Alemania está generalmente muy bien preparada. Por ejemplo, en cuanto a transfers desde el aeropuerto hasta el hotel, evitando disgustos innecesarios. Además, hay abundantes ofertas de alquiler de coches en el aeropuerto que, más allá de las clásicas de Sixt o Europcar, cuentan con ofertas adaptadas a cada bolsillo. Aunque seguramente moleste a muchos mallorquines por inundar las carreteras de la isla en temporada alta, la opción de alquiler de coches baratos es muy buena puesto que permite moverse por toda la isla y poder acceder a numerosas playas sin depender del transporte público, para el que la isla solo cuenta con líneas de autobuses. Únicamente en el caso de Soller, existe un tranvía que se ha convertido también en atracción turística.
Qué ver, dónde ir…
Con la sensación de estar visitando cualquier región del Mediterráneo, Mallorca ofrece muchas atracciones turísticas para el visitante. Algunas más orientadas a la masa y otras menos comerciales, pero tiene paisajes y ciudades a gusto de todos. Desde la capital, Palma, con su fantástico barrio antiguo y su catedral frente al mar, hasta otros pueblos de montaña como Soller o Valldemosa. Aquí, hasta los aficionados al trekking y a las rutas de montaña encontrarán su sitio.
Para el turismo de playa, la playa de Palma o S´arenal es seguramente uno de los destinos más visitados, si bien no es recomendable para quienes huyen de las masas. La playa tiene una larga avenida de hoteles, bares y discotecas y está marcada por balnerarios numerados. Aquí es donde los germanos han hecho suya la isla exportando algunas costumbres como se puede ver en la Bierstrasse y la Schinkenstrasse o en sitios como el Bierkönig o el Oberbayern.
Saliendo de la capital y las aglomeraciones, Mallorca ofrece destinos fantásticos con playas y calas azules turquesa prácticamente a lo largo de toda la costa de la isla. Sitios como Magaluf, Puerto Andratx, Pollensa o Cala Ratjada están más masificados, mientras otros como Cala Pi, Colonia San Jordi o la zona de Calas de Mallorca son para los que buscan la tranquilidad.
Gastronomía
Además de atracciones turísticas, la isla también ofrece al visitante una amplia gama de productos regionales que van desde los quesos hasta la conocida sobrasada o la ensaimada. Para los visitantes hispanohablantes, uno tiene la sensación de estar realmente en casa ya que conoce los productos, las cartas y puede moverse como pez en el agua. Como en prácticamente todas las regiones de España, también hay excelentes vinos para acompañar una buena comida
En zonas de mucho turismo, la oferta gastronómica está claramente influenciada por la clientela extranjera. Así se pueden ver puestos de curry wurst en algunos sitios de Palma o restaurantes más hechos a la medida del guiri en otros sitios de la isla. En muchas ocasiones, el servicio ni siquiera habla castellano aparte de los números o decir café con leche. Si eres más de los que va a disfrutar de los productos de la tierra, simplemente evítalos y apuesta por la oferta local. Aunque cuidado, porque en algunos sitios la preferencia por el cliente extranjero es más que palpable como pudimos ver en un restaurante de Palma. Algo que en tu país puede resultar algo incómodo.
En definitiva, una gran isla, con muchas ofertas baratas para volar desde Alemania y disfrutar de una gran infraestructura dedicada al turismo y a que el visitante se dedique a lo que viene. A relajarse y a recargar las pilas con ese sol que tanto nos falta en el norte.
