Negro, rojo y dorado: los colores simbólicos de la historia alemana

 Los colores nacionales de Alemania son el negro, el rojo y el dorado: así lo establece la Constitución y así fue decidido durante la República de Weimar. Hace 100 años, el 18 de febrero de 1919, la Asamblea de los Estados decidió que el negro, el rojo y el dorado serían los colores nacionales.

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Poco después, la Asamblea Nacional aprobó el 3 de julio de 1919 su inclusión definitiva en la Constitución. Los colores nacionales son el símbolo de la unidad, la libertad y la democracia y sus orígenes se adentran profundamente en la historia alemana.

A principios del siglo XIX, la llamada fraternidad de estudiantes de Jena eligió estos colores para su bandera. Lo que está en discusión es qué papel desempeñó el uniforme negro con detalles en rojo y botones dorados de los «Lützower Freikorps», un cuerpo armado de voluntarios que luchó contra Napoleón entre 1813 y 1815.

Em 1832, las decenas de miles de defensores de un estado nacional único y de las libertades democráticas se reunieron bajo estos colores en el Festival de Hambach, un festival destinado a apoyar públicamente la unidad alemana. Durante la revolución de marzo de 1848, los rebeldes ondearon la bandera negra, roja y dorada y la Asamblea Nacional en Fráncfort del Meno eligió estos colores para la bandera.

Durante la Confederación Alemana del Norte (1866-1871) así como el Imperio Alemán (1871-1918), el negro, blanco y rojo se impusieron como los colores de la bandera comercial y más tarde de la bandera nacional. El rojo, negro y dorado volvieron a tener un lugar destacado durante la República de Weimar (1918 a 1933).

Sin embargo, la creación de la Asamblea de los Estados de febrero de 1919 había sido fuertemente controvertida. La decisión de la Asamblea Nacional fue entonces un compromiso que no dejó de generar conflictos. «Los colores del Reich son negro-rojo-dorado. La bandera comercial es negra-blanca-roja con los colores del Reich en la esquina superior interior», afirmaba el artículo 3 de la Constitución de Weimar.

Durante el nacionalsocialismo (1933-1945) volvieron a verse durante corto tiempo nuevamente los colores imperiales junto a la bandera con la esvástica del partido nazi, que se convirtió en 1935 en la bandera del Reich y la bandera nacional.

Después de la Segunda Guerra Mundial se estableció en la Constitución -Ley Fundamental- que la bandera nacional volvería a ser negra-roja-dorada. Estos colores también eran los de la República Democrtática Alemania (RDA), aunque su bandera fue completada en 1959 con el martillo y el compás rodeados por un anillo de espigas de centeno.

Desde el 3 de octubre de 1990, ondea frente al edificio del Reichstag (Parlamento) en Berlín como recordatorio la gran «bandera de la unidad», de 60 metros cuadrados.

Con la celebración del Mundial de fútbol de 2016 en Alemania, muchos alemanes, sobre todo los más jóvenes, superaron sus resquemores de expresar su patriotismo. Por todos lados se veían ondear banderitas alemanas y comenzó a ser socialmente aceptado pintarse la cara o comprar cotillón con los colores de la bandera nacional.

Hoy, el uso masivo de la bandera alemana por parte de agrupaciones xenófobas vuelve a colocarla en un lugar controvertido. Los grupos de izquierda llaman a no usarla. «Hacer bandera no usando la bandera» se convirtió en lema de campaña.

El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, dejó en claro el 9 de noviembre de 2018: «Quien desprecia hoy día los derechos humanos y la democracia, quien atiza del viejo odio nacionalista, de seguro no tiene ningún derecho histórico sobre el negro-rojo-dorado».

Berlín, 17 feb (dpa)