sábado, abril 20, 2024
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Despedida, pérdida y duelo en la emigración

abschied1. Una nueva etapa.

Una vez que hemos decidido nuestra partida hacia otro país, en busca de nuevas oportunidades, de nuevas posibilidades laborales,  se nos presenta el reto de realizar todo lo necesario para dar los pasos adecuados y convertir esta nueva etapa vital en un acontecimiento importante y positivo.

Por Sergio Delgado en  

Tenemos que tener en cuenta que cada fase de este proceso debe ser resuelta de forma satisfactoria para que en su desarrollo no haya complicaciones, logrando una vida plena en el país al que se emigra.  Dentro de este proceso estaría la necesidad de despedirnos de nuestros seres queridos y del lugar del que procedemos.  Veamos qué implica esta despedida y cómo se puede realizar de forma positiva para seguir ese camino iniciado de forma adecuada.

2. Despedida, pérdida y duelo.

La despedida del contexto vital anterior  es el cierre de un momento evolutivo, el final de una etapa en la vida de quien emigra y el comienzo de otra. Se cierra un ciclo y comienza uno nuevo. Cualquier cambio evolutivo implica una crisis al tener que comenzar desde un nuevo punto de apoyo existencial, desde un nuevo contexto vital. Para dar ese paso la persona tiene que ser consciente de lo que deja atrás y  ser consciente de lo que viene a continuación. Es lo que llamaríamos la pérdida de aquello que se deja atrás en el caso del emigrante.

A su vez, toda pérdida supone pasar por un proceso psicológico que se denomina Duelo. El Duelo  son los  estados psicológicos negativos que siguen a una pérdida existencial y que tienden a la aceptación de ésta y a una readaptación del individuo ante la nueva realidad. El malestar que sigue a la pérdida se debe a que los cambios a nivel existencial producirán desajustes a nivel emocional. Puede haber un pesimismo, un desánimo o un sentimiento de tristeza porque se ve reducida nuestra existencia a partir de la pérdida.

A este respecto El Duelo es un proceso normal adaptativo ante la falta de algún ser querido o de algo significativo. En el caso de quien emigra, sería la pérdida de lo que compone el contexto vital de la persona (su red social y su lugar de residencia). El problema surge cuando no se produce una superación de la pérdida, alargando en el tiempo el proceso de duelo y sufriendo de forma permanente los síntomas antes expuestos. Para que el proceso de duelo no se alargue en el tiempo podemos ver qué variables están implicadas en la superación de la pérdida.

3. Superación de la pérdida.

Dos aspectos hay que tener en cuenta a la hora de elaborar el Duelo para la superación de esa pérdida: por un lado la capacidad personal de asumir la pérdida, y por otro, los rituales que ayudan a la elaboración del duelo.

3.1. Capacidad personal para asumir la pérdida.

La pérdida de lo anterior hace que entremos en una crisis vital, vista como cambio importante y no como algo negativo, que puede servirnos para crecer como personas (en principio habría una mayor independencia, maduración,…) o bien puede que nos debilite, al haber perdido apoyos existenciales externos. Esto dependerá de cómo se afronta el cambio y a este respecto, la persona tendrá que tener  en cuenta la situación personal de la que parte. Si en nuestra partida migratoria llevamos con nosotros aspectos emocionalmente no resueltos: miedos, vinculaciones emocionales inmaduras, conflictos psicológicos, culpabilidad, etc;  esa carga emocional nos pesará a la hora de afrontar la nueva realidad. Así pues, antes de partir, es bueno resolver aquellas cargas emocionales que hemos ido portando en nuestra vida para no viajar con ellas, si sucede así, una vez en el lugar de destino podrán aparecer en forma de síntomas como ansiedad o depresión (ver también el síndrome de Ulises). Decir que a mayor individuación, independencia y maduración psicológica respecto a la familia, personas allegadas y al contexto vital, mayor capacidad de elaborar el duelo por la pérdida en el proceso migratorio. La individuación es el reconocimiento del otro como algo separado e independiente. A menor diferenciación con el contexto o con las personas cercanas, mayor temor a la separación y a la pérdida.  Así pues, en la emigración, podremos llegar a asumir esa pérdida si psicológicamente nos vemos independientes y autónomos del contexto que dejamos.

3.2. Los ritos de despedida.

Como hemos visto, la capacidad personal de asumir la pérdida es fundamental en el proceso de Duelo. El otro aspecto que influirá en la elaboración del Duelo será la realización de los rituales de despedida previos o posteriores a la pérdida.

El paso hacia la nueva vida puede ser acompañado de ritos sociales y personales que ayudan a comprender el significado de este cambio. En todas las sociedades humanas existen ceremonias para realizar los pasos de etapa. Son los llamados “Ritos de paso”. Estos ritos son actos y comportamientos pre-establecidos que se repiten de forma similar en los miembros de la sociedad y en los que participan las personas allegadas a quien realiza ese cambio de etapa. Recordemos ritos como el bautismo, la comunión, la boda o uniones de pareja, funerales, etc. Todos estos ritos son celebraciones en las cuales se señalan el comienzo o el final de una etapa vital. Así, durante estos actos, la persona piensa, reflexiona y se posiciona en ese cambio de etapa. El  fin último de estos ritos es la toma de conciencia por parte de la persona sobre la implicación de este cambio vital, ayudando a que sea  consciente de lo que significa terminar y comenzar una nueva etapa. Uno de estos ritos que suele producirse en el proceso migratorio sería el rito de despedida ante la familia y amigos.

Como vemos el rito de despedida no es solo un acto simbólico sino también un proceso de preparación para la nueva etapa. Habría  una preparación psicológica en donde se consigue ser consciente de lo que se va a dejar atrás, qué significa esa pérdida y también en lo que viene en la nueva etapa. Es decir, la preparación de una despedida y la despedida en sí, es un momento de parar y repasar toda nuestra vida hasta ese momento,  para comenzar de la mejor manera posible la nueva etapa.

A continuación se refleja alguno de  los  ritos posibles  para esa toma de conciencia del cambio de etapa  y las razones de por qué hacerlas.

 

TIPO DE RITUAL

RAZÓN DEL RITUAL

Recordatorio de nuestra vida anterior (en forma gráfica, memorística, escrita,…).

Facilita a la persona ser consciente de lo que deja atrás y de reflexionar sobre aspectos emocionales de su vida.

Celebración de despedida de los seres queridos.

Poner un hito de separación para señalar la nueva etapa. Ser consciente del final y comienzo de la etapa

Expresión de despedida (puede ser en la celebración o en otro momento) de forma directa, por carta, dibujos,…

Facilita anticiparse a la pérdida real y ver la separación como algo normal.

Rituales simbólicos como “la quema” de objetos que pertenecen a la etapa anterior.

Finalización de aspectos pendientes de nuestra antigua etapa. Cerrar aquello que se tiene aún abierto.

Redacción de propósitos para la nueva etapa

Ayuda a posicionarse en la nueva etapa vital que comienza.

 

4. Conclusiones

En definitiva en el acto de emigrar la persona pasará a ver de forma diferente lo que es su existencia debido a la pérdida de lo anterior y se necesitará un tiempo para poder adaptarse a esa nueva realidad (proceso de duelo). La persona tendrá que reorganizar su existencia con el fin de hacer viable su vida en la nueva situación, encontrando nuevos contextos y nuevas relaciones en donde tendrá que utilizar sus recursos y capacidades para seguir existiendo de forma óptima y positiva. Pero cuando el duelo no ha sido elaborado del todo, y no se asume la pérdida como algo natural en el proceso de la migración,  la persona vivirá entre lo antiguo y lo nuevo, no habiendo cerrado la anterior etapa ni habiéndose adaptado del todo a la nueva. Es lo que se llamaría “vivir entre dos mundos”, fenómeno importante en el proceso migratorio que para el cual será necesario un análisis en otro artículo.

 

Bibliografía

  • BOWLBY, J. (1973): La separación afectiva. Paidós, Barcelona, 1993.
  • BOWLBY, J. (1980): La pérdida afectiva. Paidós, Barcelona, 1993.
  • IMBER-BLACK, E. (1991): Rituals and the healing process.
  • ACHOTEGUI, J. (2000). Los duelos de la migración: una perspectiva psicopatológica ypsicosocial. En Medicina y cultura. E. Perdiguero y J.M. Comelles (comp). (Pag 88-100). Editorial Bellaterra. Barcelona

Agracecemos esta colaboración al autor por haberla puesto a disposición de nuestros usuarios.

Sergio Delgado Somodevilla
Psicólogo. Nº Colegiado CA-714
Consulta psicológica online.
www.psicologiaenlared.com

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