Desconocidos irrumpieron en la oficina de aduanas de la ciudad alemana de Emmerich y perforaron un hueco en la caja de seguridad para llevarse un botín de 6,5 millones de euros (7,6 millones de dólares) en efectivo, comunicó hoy la policía.

Las autoridades ofrecieron una recompensa de 100.000 euros por cualquier pista que les permita capturar a los delincuentes.

El espectacular robo se produjo el 1 de noviembre, día de Todos los Santos. Tres ladrones abrieron la puerta de un sótano de la aduana de Emmerich con una palanca y perforaron con una máquina la pared de la bóveda conjunta.

De la bóveda sustrajeron alrededor de 6,5 millones de euros almacenados en unas «bolsas de seguridad», según precisaron la policía y los fiscales que investigan el caso.

Las autoridades publicaron fotos tomadas por un testigo de un cuarto hombre que había estado dando vueltas por el lugar de forma sospechosa. La foto fue publicada hoy en busca de pistas.

«La forma en la que actuaron fue muy profesional», dijo a dpa el fiscal superior de Kleve, Günter Neifer.

Añadió, sin embargo, que ahora también era necesario investigar si se produjo una filtración por parte de la aduana o de la policía. «Ese fue mi primer pensamiento: alguien debe haberles avisado», dijo Neifer. «Ahora investigaremos quién tenia conocimiento de la existencia del dinero».

Testigos habían escuchado ruidos de perforación alrededor de las seis de la mañana del 1 de noviembre y vieron alrededor de las 10:45 cómo tres hombres vestidos de oscuro con gorros de punto salieron del edificio varias veces para cargar una camioneta blanca y abandonar el lugar.

Más tarde, el cuarto sospechoso, que puede haber hecho de «vigía», también se alejó en un coche en la misma dirección que la furgoneta.

El fiscal y un portavoz de la principal oficina de aduanas de Duisburgo no quisieron hacer comentarios sobre el hecho de que hubiera tanto dinero guardado en una oficina de menor rango durante un feriado.

«No es algo normal», comentó el presidente del sindicato regional de la policía alemana, Erich Rettinghaus. Dijo que la policía se esfuerza por llevar rápidamente los bienes confiscados al cuartel general, donde pueden almacenarse con mayor seguridad.

Rettinghaus tampoco quiso descartar del todo la idea de un topo en la policía o en la aduana: «La sospecha de que había un cierto conocimiento interno es bastante obvia», señaló.

Una parte considerable de los millones es dinero confiscado en el tráfico fronterizo germano-holandés, según datos de Neifer. Emmerich se encuentra en las inmediaciones de la frontera con los Países Bajos.

El fiscal superior indicó que podría tratarse de dinero procedente del narcotráfico, dinero negro o, por otras razones, de grandes sumas de dinero en efectivo sospechosas.

La policía dio a conocer anteriormente la noticia del robo, pero hasta hoy no había detallado ni el monto del botín ni detalles de cómo ocurrió.

Emmerich/Krefeld (Alemania), 11 nov (dpa)