sábado, abril 20, 2024
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La Berlinale reivindica al hombre que intentó asesinar a Hitler

Una década después de narrar el final de Hitler en «El Hundimiento» (también conocida como «La caída»), el cineasta alemán Oliver Hirschbiegel vuelve a ajustar cuentas con el pasado de su país. Pero esta vez, lo hace rindiendo tributo al civil que ya en 1939 tuvo el coraje de intentar asesinar por sus propios medios al Führer: Georg Elser.

Foto CC Dennis Jarvis

Al contrario de lo que sucedió con otros combatientes de la resistencia como el coronel Claus von Stauffenberg, al que Tom Cruise encarnó en «Valkyrie», Alemania tardó muchos años en reconocer la figura de Elser. «Como venía de la clase trabajadora era menos fulminante e interesante que Stauffenberg», explicó el director en la presentación del filme, que se estrenó fuera de concurso.

Según Hirschbiegel, que en los últimos años dirigió a Naomi Watts en «Diana», a Liam Neeson en «Cinco minutos de gloria» o a Nicole Kidman y Daniel Craig en «Invasión», el personaje de Elser resultaba además un tanto «vergonzoso» como héroe. Y ese fue precisamente «un tipo de pueblo, tomalmente normal, el único que dijo que había que parar esa locura».

Lo cierto es que sólo habrían hecho falta 13 minutos para cambiar el rumbo a uno de los capítulos más oscuros de la Historia reciente. Harto del fanatismo que se ha apoderado de su país, Elser, un carpintero sin filiación política, se da cuenta que la única manera de poner freno a la situación es acabar con Adolf Hitler y su cúpula.

La Segunda Guerra mundial acababa de comenzar cuando Elser se enteró de que la jerarquía del Partido Nazi tenía previsto reunirse el 8 de noviembre en el Bürgerbräukeller de Múnich. Con los explosivos que había robado en la fábrica donde trabajaba diseñó una bomba de relojería que colocó justo donde Hitler iba a pronunciar un discurso. Y explotó.

Elser, a quien da vida el actor Christian Friedel («La cinta blanca»), se entera de que su plan ha fallado pocos minutos después, cuando es detenido en la frontera con Suiza. Y a partir de entonces sufre un auténtico calvario de torturas que intentan arrancarle una confesión, pues nadie parece creer que un tipo como él pueda haber sido capaz de planear semejante operación solo.

Friedel, que para preparse el personaje se entrevistó con algunos familiares de Elser, contó que éstos «nunca adivinaron los planes que tenía en mente». En aquel noviembre de 1939, «jamás se les habría ocurrido vincularlo con el atentado», añadió subrayando que para él había supuesto «un gran honor» encarnar a este hombre.

Para Hirschbiegel, la hazaña de Elser es comparable hoy en día con la filtración del ex agente de la CIA Edward Snowden, «el único de las decenas de miles de personas en la agencia que dice que no puede más». Snowden «es un ejemplo de coraje civil, aunque diría que lo que hizo Elser fue aún más relevante, porque él puso en juego su vida. Y la perdió».

En el año que se conmemora el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, estaba claro que una película así no podía faltar en la Berlinale. Pero en la carrera por el Oso de Oro -y antes de que Wim Wenders reciba su Oso de Honor- la protagonista de la jornada fue la ópera prima italiana «Vergine giurata».

Laura Bispuri cosechó un sonoro aplauso al término de la proyección por este drama sobre la búsqueda de la identidad sexual que sin embargo no convenció a todos. En él, narra el viaje de una joven albanesa que, tras jurar por la ley del Kanun que se mantendrá virgen y vivirá como un hombre, deja atrás su país para reencontrarse con su hermana en Milán e intentar ser ella misma.

Berlín, 12 feb  (dpa )

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