Historia
Con motivo de la boda entre el príncipe heredero Ludwig y la princesa Theresa, el 12 de octubre de 1810 se organizó en Múnich una gran fiesta con carreras de caballos que fue el origen del Oktoberfest. Como escenario, se eligieron unos prados a las afueras de la ciudad y el hoy llamado Theresienhöhe sirvió como tribuna, espacio donde se servían a los visitantes viandas, vino y cerveza.
Tras las guerras napoleónicas, el evento de las carreras fue creciendo con cada vez más atracciones como por ejemplo el primer carrusel de 1818. Las autoridades de la ciudad de Múnich se hicieron cargo de la convocatoria y a partir de aquel momento, el Oktoberfest se celebraría cada año, convirtiéndose hacia finales del siglo XIX en la fiesta popular que conocemos hoy en día. Durante el Nacionalsocialismo, el Oktoberfest fue usado como propaganda por las fuerzas afines a Hitler y durante la II Guerra Mundial se suspendió, hasta que en las últimas décadas del siglo XX se convirtió en el gran festival popular que conocemos hoy en día.
Desfile de las cervecerías: Para comenzar las fiestas, las diferentes cervecerías organizan una caravana transportando a las Wiesn los barriles que se van a consumir acompañados de bandas de músicas. La costumbre data de 1887 con el primer desfile de Hans Steyrer.
Después de que el desfile llege al lugar del festejo desde el centro de la ciudad, el alcalde de Múnich será el encargado de abrir la fiesta pinchando (Anstich) el primer Barril en la carpa de la cervecería Schottenhamel. “O´zapft is!” es el grito de guerra que anuncia el comienzo. Su traducción al alemán correcto sería “Es ist angezapt” o en castellano “El barril está abierto”. A partir de ese momento, las demás carpas también pueden abrir los grifos de cerveza. En todo este ritual, el momento más emocionante son las apuestas por cuántos martillazos necesitará el alcalde para abrir el barril. La mejor marca hasta ahora son dos martillazos.
Comer
Además de las carpas de las cervecerías, en el Oktoberfest hay de todo para comer y beber. Son típicos los dulces de feria –como los corazones- o las salchichas, presentes en cada esquina, además de otras delicatesen como pescados. En cuanto al menú de las carpas, suele ser generalmente bastante parecido en todas con salchichas, codillo, Krustenbraten o pollo asado (Hendl en bávaro). Recomendables son como siempre los productos de la zona. En especial las salchichas blancas de Múnich con mostaza dulce que, por la forma de comerlas, son una curiosa tradición para los de fuera.
Para beber, lógicamente lo predominante es la cerveza servida en las llamadas Mass, jarras de litro. Por regla general se trata de cerveza del tipo Hell o a veces también Dunkel (oscura) o Hefe Weizen (con levadura de trigo). Quién no quiera beber alcohol, puede recurrir a refrescos y cerveza sin alcohol. Sin embargo, se sentirá fuera de lugar en este festival. Por cierto, las jarras pesan unos 750 gramos, lo que añadido a la cerveza serían 1,75 kg. por cada jarra. Contando con que algunas personas consiguen llevar hasta 12 jarras con las dos manos, serían en total 21 kg. Toda una hazaña para los camareros más experimentados.
Costumbres
Una de las costumbres más curiosas de esta celebración es el traje típico bávaro también llamado Tracht (nombre originario de Tragen- Llevar). La regla manda que el hombre se vista con los pantalones de cuero y la mujer con el Dirndlgewand.
Como en otras culturas, por ejemplo el abanico en la cultura española, una de las cosas curiosas es la simbología de la vestimenta. En este caso la pieza fundamental es el lazo. Si está atado en la parte derecha, se supone que la dama en cuestión está en una relación o está casada. Si por otra parte está a la izquierda, se supone que indica que todavía está libre.
[…] un poquito de Múnich a Colonia con Esther Patrocinio, que nos contará muchas cosas sobre el Oktoberfest, el festival de la cerveza más conocido de Alemania. También hablaremos con Sergio Ortiz, abogado español que nos dará información útil sobre […]
[…] Aprovechando que estamos en el primer domingo de Adviento visitamos la ciudad y su famoso Christkindlesmarkt. Al visitante que se acerca por primera vez a la ciudad le sorprenderá saber que a pesar de ser destruida por los bombardeos aliados durante la segunda Guerra Mundial, Núremberg fue totalmente reconstruida. A diferencia de Dresden o Stuttgart que fueron reconstruidas en estilo moderno, en Núremberg se recuperó el estilo constructivo de las décadas anteriores a la guerra. El resultado es espectacular, a diferencia de Varsovia, ciudad que para muchos es considerada un escenario cinematográfico reconstruido tras la guerra, Núremberg mantiene su esencia urbana de ciudad. No en vano es la segunda ciudad más poblada de Baviera después de Múnich. […]
[…] Aprovechando que estamos en el primer domingo de Adviento visitamos la ciudad y su famoso Christkindlesmarkt. Al visitante que se acerca por primera vez a la ciudad le sorprenderá saber que, a pesar de ser destruida por los bombardeos aliados durante la segunda Guerra Mundial, Núremberg fue totalmente reconstruida. A diferencia de Dresden o Stuttgart que fueron reconstruidas en estilo moderno, en Núremberg se recuperó el estilo constructivo de las décadas anteriores a la guerra. El resultado es espectacular, a diferencia de Varsovia, ciudad que para muchos es considerada un escenario cinematográfico reconstruido tras la guerra, Núremberg mantiene su esencia urbana de ciudad. No en vano es la segunda ciudad más poblada de Baviera después de Múnich. […]
[…] este premio la ciudad de Múnich quiere distinguir la contribución que los inmigrantes hacen a la competitividad y al potencial […]