Cuando oscurece, los niños con disfraces de miedo recorren las casas en Halloween para pedir caramelos o gastar bromas en caso de no recibirlos, pero hay ocasiones en las que las bromas sobrepasan los límites.
La tradición probablemente tiene sus raíces en la mitología celta. Según la tradición, los fantasmas y los demonios hacen travesuras en otoño. Halloween se celebra estos días en vísperas de la víspera de Todos los Santos, la festividad en la que los católicos conmemoran a los difuntos.
Los inmigrantes de Irlanda trajeron la costumbre a los Estados Unidos en el siglo XIX, desde donde luego regresó a Europa. Halloween ahora también se celebra en Alemania con todo tipo de bromas pesadas, fiestas de disfraces y eventos de miedo. La amplia gama de ofertas comerciales relacionadas con la costumbre también sugiere intereses comerciales.
Sin embargo, según una encuesta de Yougov de mediados de octubre, el festival solo es importante de alguna manera para el 18 por ciento de los adultos en Alemania, el resto en realidad no sabe qué hacer con él. El 21 por ciento de los encuestados todavía quiere comprar dulces para niños.
Sin embargo, si los pequeños niños disfrazados dan con alguno de esos adultos a los que no les gusta halloween y no obtienen nada a cambio, deben controlar su «venganza» para no cometer ningún acto vandálico. La policía ha pedido repetidamente que se abstenga de realizar acciones inapropiadas. Las autoridades suelen tratar los casos de petardos en el buzón, arbustos que han sido arrancados o espejos de automóviles que han sido robados como daños a la propiedad. Y esto está trayendo consigo consecuencias legales.
Berlín (dpa) – Lun, 31.10.22, 12.21 am