jueves, marzo 28, 2024
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Una localidad del este alemán hace frente a los neonazis 

La pequeña Ostritz se ha convertido en estos días en el bastión más oriental de la democracia en Alemania.

Esta localidad de 2.300 almas, ubicada en el este del país, es el lugar elegido por neonazis para celebrar regularmente un festival de música y artes marciales. Pero los ultraderechistas se topan con la resistencia de sus habitantes.

Nuevamente, este fin de semana y por tercera vez en lo que va del año, miles de personas acudirán a una serie de eventos de música, danza, lecturas y juegos para enviar una señal de tolerancia y de repudio al odio racial.

Los organizadores del festival ultraderechista, en el que tocarán bandas de rock neonazi y se ofrecerán exhibiciones de artes marciales, esperan a hasta 750 seguidores, mientras que se calcula que unas 3.000 personas participarán durante los tres días de los eventos organizados en contra del racismo.

«No les dejaremos las calles y las plazas a los derechistas», dijo la alcadesa de Ostritz, la política apartidista Marion Prange, escoltada por el primer ministro del «Land», Michael Kretschmer, quien es patrocinador de la llamada «Fiesta de la Paz».

«Señor Krestchmer, Ud. es el primer gobernante del estado libre de Sajonia en asumir de forma tan clara su postura contra esta gran amenaza del extremismo de derecha», dijo Michael Schlitt, director del centro internacional de encuentro St. Marienthal, organizador de la fiesta en Ostritz.

Basta con echar un vistazo a la historia reciente de Sajonia para entender que la postura de Kretschmer contrasta con la de sus antecesores. El ex primer ministro de la región Kurt Biedenkopf afirmó hace años que el estado era «inmune» al ultraderechismo. Sin embargo, algunas regiones de este estado federado eran bastiones neonazis ya en la década de 1990.

En 2001 fue prohibida la organización neonazi «Skinheads Sächsische Schweiz» (SSS). En 2007, la agrupación «Sturm 34» también fue prohibida y más tarde le siguieron otras. Durante años, Sajonia fue el estado con mayor número de conciertos de rock neonazi.

En el punto más álgido de la llegada masiva de refugiados a Alemania, este territorio de la antigua Alemania comunista fue escenario de un sinnúmero de ataques a centros de acogida de solicitantes de asilo.

Lo que muchas veces faltó fue una clara postura de la oficialista Unión Cristianodemócrata (CDU) de Sajonia. En febrero de 2016 llegó finalmente una autocrítica por parte del predecesor de Kretschmer, Stanislaw Tillich.

«Sí, es verdad. Sajonia tiene un problema con el extremismo de derecha y es mayor de lo que muchos -y para ser sinceros, también yo- queríamos creer», admitió en un discurso ante el Parlamento regional.

Para Michael Kretschmer, la condena al extremismo de derecha se ha convertido en algo cotidiano. Los últimos acontecimientos en Chemnitz, donde enardecidos neonazis aprovecharon la muerte de un joven atribuida a tres refugiados para adueñarse de la calle, reavivaron la imagen de la Sajonia ultraderechista.

Por ello, el rechazo de Ostritz ha recibido elogios en toda la república y le ha valido dos premios al valor cívico. «Acá están en juego nada menos que nuestro sistema democrático y nuestra paz social», destacó Schlitt.

 

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