Alemania y el G7 apoyan a Ucrania y continuarán presionando a Rusia

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Alemania y el resto de los países del Grupo de los Siete (G7) manifestaron hoy su apoyo a Ucrania en la guerra con Rusia en el marco de una cumbre en la que participó también de manera telemática el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

«Como G7, estamos unidos al lado de Ucrania y seguiremos apoyándola», anunció el canciller alemán, Olaf Scholz, durante la cumbre de las principales potencias económicas democráticas en Elmau, Baviera.

«Para conseguirlo, tenemos que tomar decisiones duras pero necesarias», subrayó Scholz, y añadió: «Seguiremos aumentando la presión sobre (el presidente ruso, Vladímir) Putin. Esta guerra debe terminar».

En una conexión por videoconferencia, Zelenski dijo a los jefes de Estado y de Gobierno de Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos que espera que Rusia retire sus tropas antes de finales de año para evitar los combates durante los fríos meses de invierno europeo.

En un comunicado posterior a las conversaciones, los líderes del G7 reconocieron «la necesidad urgente de reconstruir inmediatamente las infraestructuras críticas en Ucrania», y añadieron que Alemania -que ostenta la presidencia del G7- organizará una conferencia sobre la reconstrucción tras la guerra.

«Estamos dispuestos a apoyar un plan de reconstrucción internacional (…) en apoyo de una recuperación económica sostenible, resistente, inclusiva y ecológica que refuerce las instituciones democráticas fuertes, el Estado de Derecho y las medidas anticorrupción», dijeron los líderes en una declaración.

Los siete jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la segunda jornada de una cumbre de tres días en el complejo turístico Castillo Hotel Elmau, en la que esperan proyectar un mensaje de unidad, aumentar la presión sobre Rusia para que ponga fin a la invasión y mitigar los efectos negativos de la guerra.

Durante el encuentro expresaron además su «grave preocupación» por el anuncio de Rusia de que podría transferir misiles con capacidad nuclear a su vecina Bielorrusia.

Los líderes del G7 ya han aprovechado la cumbre para anunciar la prohibición de las importaciones de oro ruso y un posible límite máximo al precio del petróleo ruso, medida propuesta por Estados Unidos.

Sin embargo, la propuesta fue recibida con escepticismo por algunos, como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que indicó que no está claro cómo se aplicaría esa norma.

Los esfuerzos de Europa por desprenderse de su dependencia del suministro energético ruso han sido uno de los puntos centrales de la cumbre. En marzo, Estados Unidos aceptó vender a la Unión Europea grandes suministros de gas natural licuado (GNL) como alternativa a las importaciones de Rusia.

Como resultado, Europa necesita realizar enormes inversiones en infraestructuras para instalaciones de GNL, y esto puede contribuir a un aumento significativo de las emisiones de gases de efecto invernadero, incluido el metano.

«Conscientes del impacto medioambiental de la producción y el consumo de GNL, Estados Unidos y la Comisión Europea intensificarán su cooperación para reducir las emisiones de metano», declararon el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Como parte de un paquete de medidas anunciadas hoy, Washington dijo que impondría sanciones a las empresas estatales de defensa rusas para «limitar la capacidad de Rusia de reemplazar el equipo militar que ya ha perdido durante la brutal guerra contra Ucrania».

Scholz recibió hoy además a los líderes de Argentina, India, Indonesia, Senegal y Sudáfrica, que no forman parte del G7 pero fueron invitados a participar por Alemania. Los líderes debatieron sobre la crisis climática, la salud pública y la seguridad energética.

Al término del encuentro todos acordaron realizar esfuerzos conjuntos para la protección del medio ambiente e impulsar la transición hacia la neutralidad climática, es decir llegar a un punto en el que no se emitan más gases de efecto invernadero de los que se puedan recapturar.

Al mismo tiempo, en un comunicado final subrayaron también que quieren garantizar la seguridad energética.

El lugar donde se reúnen los dirigentes -el mismo en el que Alemania también llevó a cabo su último G7 en 2015- está protegido por una zona de exclusión de seguridad y se ha sellado el área desde hace una semana a todos los que no tengan un permiso.

Unos 18.000 efectivos de seguridad se encargan de vigilar la cumbre.

Tras una pequeña manifestación de unos 50 críticos cerca del castillo fueron detenidas temporalmente seis personas. Un tribunal alemán estableció que no se pueden realizar protestas a menos de 500 metros del lugar al alegar razones de seguridad.

Elmau (Alemania) (dpa) – Mar, 28.06.22, 11.12 am