Si alguien busca un plan de viaje en verano, seguramente Bamberg sea una de las opciones más interesantes para visitar Alemania. Aparte de ser considerada por muchos como la ciudad más bella del país con un gran patrimonio histórico (Patrimonio de la humanidad según la UNESCO), la zona también es conocida por la gastronomía francona (como la paletilla alemana o Schäufele) y por la fabricación de cerveza. No en vano es la zona con mayor índice de cervecerías familiares por habitante.
Con cerca de 60 fábricas, cerveza se escribe en Bamberg con mayúsculas. Ya que además de las clásicas, también se presentan cervezas de temporada según la época del año e incluso se celebran fiestas para “abrir” los primeros barriles y probar la cosecha.
Salvando las trabas de los fueros medievales, ya desde el siglo XIX se mencionaba la liberación del derecho de fabricación de cerveza en Bamberg. Como en otros sitios de Europa, derechos primero ejercitados por los monjes en los monasterios con la ayuda de la burguesía (barriles, lúpulo, calderas…) hasta la secularización y la elaboración de cerveza en manos privadas.
Otra de la cerveza típica es la Bockbier. Una cerveza más fuerte que se usaba sobre todo en los meses de invierno en la época de ayuno a la hora de suplir las carencias de calorías.
De todas formas, para hacernos una idea de lo que Bamberg puede ofrecer al visitante, lo más recomendable es darse una vuelta por la ciudad. Debido a la gran afluencia turística, desde la oficina de turismo está todo muy organizado con múltiples posibilidades para disfrutar este destino. Entre ellas como no, disfrutar de un tour guiado por varias cervecerías para degustar lo mejor de cada casa. O para los más curiosos, visitar un seminario de maestro cervecero para aprender hacer la cerveza propia.