La pandemia, un temblor y no un terremoto para mercado laboral alemán

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El mercado laboral en Alemania se encontraba en una posición comparativamente brillante, ya que se habían logrado méritos para combatir con éxito problemas permanentes como el desempleo de larga duración.

Pero entonces llegó el coronavirus. El plano político y la administración laboral lucharon contra la crisis ajustando un tornillo tras otro, con planes de jornada reducida, primas para empresas que incorporasen aprendices y la suspensión de la obligación de comunicar las insolvencias.

«La pandemia sacudió el mercado laboral alemán. Pero el gran terremoto no se produjo», destacó hoy el ministro de Trabajo, Hubertus Heil, en su balance anual en Berlín.

Un año después del primer confinamiento para contener los contagios, está claro que la batalla contra el virus está costando miles de millones de euros a los contribuyentes, y hay quienes se preguntan si esto vale la pena.

La Agencia Federal de Trabajo (BA) gastó el año pasado la suma récord de 61.000 millones de euros (72.770 millones de dólares). Las subvenciones salariales relacionadas con el trabajo a jornada reducida insumieron 22.100 millones.

En abril de 2020, el 20 por ciento de los empleados que cotizaban a la seguridad social continuó trabajando mediante este modelo, en el cual el Gobierno asume una parte del sueldo.

Esto es costoso, pero tiene éxito, comentó el ministro Heil. Por su parte, el jefe de la BA, Detlef Scheele, recalcó que «la jornada reducida es un instrumento que evita el desempleo, no solo lo retrasa».

Por eso, Heil quiere prolongar el acceso facilitado a este instrumento para mantener las plantillas estables.

Desde el sector económico llega un aplauso cauteloso. La Asociación Alemana de Empleadores (BDA) considera que este subsidio es el remedio que permitió al mercado laboral no caer aún más. Sin embargo, Steffen Kampeter, presidente de la BDA, observó que también es cierto «que muchas empresas están en su punto de ruptura o aún más allá debido a la pandemia».

Kampeter apuesta por la vacunación como medida más rápida para apuntalar el mercado laboral.

Especialmente el desempleo de larga duración también preocupa a Heil y Scheele. Antes de la crisis, para Alemania fue posible reducir masivamente el número de personas que esperaban más de un año para conseguir un puesto.

Mientras tanto, la cifra ha vuelto a aumentar hasta superar el millón, también porque durante la pandemia fueron sobre todo los trabajadores no cualificados y los inmigrantes con menor grado de formación los que perdieron su empleo, pero ahora las firmas buscan casi exclusivamente trabajadores cualificados.

La segunda gran preocupación es el mercado de la formación. Heil quiere fomentarla mediante una prima para las empresas que formen más personal que el año anterior o que al menos mantengan estable el número de sus aprendices.

«El año pasado conseguimos evitar el desastre uniendo nuestras fuerzas», comentó Heil. Pero la verdadera prueba en términos de capacitación de personal llegará en 2021.

Berlín/Núremberg (Alemania), 12 mar (dpa)