Numerosos casos de enfermedad «Lyme» en Alemania a causa de las garrapatas

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El sol invita a salir al aire libre en el verano que comienza en Europa, incluso por la noche a veces sigue haciendo calor. Muchas personas pasan el tiempo libre junto a lagos o en el jardín, practicando senderismo o haciendo un asado en el parque. Pero en las altas hierbas y en los arbustos también las garrapatas se sienten bien.

Los pequeños succionadores de sangre no solo son molestos, sino que son vectores de muchas enfermedades. Junto a la encefalitis centroeuropea, contra la que existe una vacuna efectiva, también destaca la enfermedad de Lyme (o borreliosis).

«Desde hace décadas, la enfermedad de Lyme aparece en toda Alemania, desde Flensburgo en el norte hasta Garmisch-Partenkirchen en los Alpes», explica Hendrik Wilking, del Instituto Robert Koch.

Muchas infecciones son imperceptibles. En el 90 por ciento del resto, tras algunos días o pocas semanas se ve una mancha redonda en torno a la picadura. Generalmente es más clara en el centro y lentamente se extiende hacia afuera. Pocos de los provocados desarrollan trastornos neurológicos o en las articulaciones o incluso problemas cardíacos.

En Alemania, hay bastiones de la enfermedad de Lyme. Los médicos del seguro público de salud presentaron en Sajonia 927 casos de enfermedad de Lyme cada 100.000 asegurados en 2020. También en Turingia (780), Brandeburgo (707), Baviera (637) y Sajonia-Anhalt (615) hubo muchas infecciones.

Así se desprende de las cifras del Instituto del Seguro Social de Alemania (Zi), a las que tuvo acceso dpa.

De acuerdo a eso, el número de infecciones en el país creció en el primer año de la pandemia en un ocho por ciento en comparación con 2019. Esto posiblemente sea consecuencia de más actividad al aire libre debido a las restricciones para reuniones en espacios cerrados, explica el presidente de la junta directiva del Zi, Dominik von Stillfried. Además, en muchas regiones hubo clima cálido y seco, ideal para las garrapatas.

Antes de la pandemia, las cifras habían descendido levemente desde 2010. En total, según datos de 2020, se detectaron unos 360.000 casos de la enfermedad de Lyme en todo el país. Es hasta 465 personas sobre 100,000 asegurados después de 429 casos en 2019.

«No fue hasta 1981 que se detectó que en diferentes enfermedades, que ya se habían descrito hace más de 100 años y que afectaban a diferentes órganos, había una relación con esta bacteria», explica el especialista en borreliosis Helmut Eiffert.

Las garrapatas succionan sangre de roedores, que portan en si una de seis especies de borrelia y la almacenan en su intestino.

Si las garrapatas se prenden a una persona, no se producen inmediatamente la transmisión. «Las borrelias primero deben trasladarse a las glándulas salivales», dice Eiffert.

Se dice que hay un período en el que la garrapata puede ser desprendida sin consecuencias. Lo mejor es tomarla con un utensilio especial para garrapatas o con una pinza bien cerca de la piel, o bien rodearla con un hilo como lazo. «Luego hay que quitarla bien rápido y sin girar hacia uno u otro lado», explica Wilking.

Si no se tiene a mano ningún utensilio, lo que es normal si se está al aire libre, se debería extraerla en el peor de los casos con las uñas.

«Entonces puede que partes de la garrapata queden incrustadas en la piel y que se infecten, como una especie de grano, pero esto no supone un riesgo para la salud». En ningún caso se debería esperar a conseguir atención médica o farmacéutica, porque hasta entonces las garrapatas ya habrán comenzado a transmitir las borrelias.

«Cuando una garrapata pica, en promedio hay hasta un tres por ciento de transmisión y un uno por ciento de sintomatología clínica», señala Eiffert. «Generalmente, desaparece por completo. Pero puede ser que años después de estas bacterias se vuelvan a activar y esos son los casos graves. Ya casi no vemos casos así porque se tratan a tiempo con antibióticos».

También Wilking subraya: «El pronóstico es bueno en caso de una detección y un tratamiento temprano».

Eiffert, que antes atraparon a muchos niños afectados, hace referencia a que los pequeños muchas veces son picados en la cabeza, con el peligro de que esto no se perciba y se desarrolle síntomas graves.

Además de vestimenta que cubre bien, es necesario revisar a un niño después de una estancia al aire libre. Si realmente se encuentra una garrapata, hay que mantener bajo observación la zona de la picadura durante unas seis semanas. Si se pone roja, hay que acudir al medico de inmediato.

Berlín (dpa) – Lun, 27.06.22, 10.39 am