El madrileño Pablo Ferrández se ha convertido en el primer español al que la prestigiosa Nippon Music Foundation le cede un instrumento, en concreto, uno de los 63 violonchelos Stradivarius que aún se conservan. Tiene tan sólo 24 años pero ya ha recibido varios premios y es considerado por la crítica como “uno de los mejores violonchelistas”. Acaba de volver a casa, Frankfurt, después de tres semanas de gira por toda Alemania y se prepara para sus próximos conciertos: en Junio en Madrid, un recital en el Auditorio Nacional en el ciclo del Centro Nacional de Difusión Musical y el concierto de Dvorak con la orquesta de la BBC y Juanjo Mena como director en el festival de Granada.
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¿Qué supone para usted tener en casa un Stradivarius?
Es el sueño de todo instrumentista de cuerda tener un instrumento de esta magnitud en tus manos, yo nunca pude imaginar que llegaría a tocar uno y por supuesto ¡no tan pronto! De hecho, de los violonchelos Stradivarius que se conservan, solo una veintena se utilizan habitualmentemente en conciertos, el resto están en colecciones o museos, así que poder tocarlo cada día es un regalo increíble.
Siendo un instrumento tan importante ¿Requiere de cuidados o un tratamiento especial?
La Fundación es muy estricta con el cuidado del instrumento. Estoy muy pendiente de él y cada 3 meses tengo que llevarlo a revisión. La próxima es la semana que viene.
Según dijo, el verdadero sentido de la música se basa en una comunicación mágica con el público. Ahora ya ha disfrutado del público de muchos rincones del mundo. ¿Ha sentido esa magia en todos los conciertos?
Cada concierto es especial y tiene algo de mágico cuando estás sobre el escenario y transmites al público un montón de sentimientos a través de la música. Es cierto que a veces se produce una conexión especial con el público, nunca sabes cuándo va a pasar y por qué pasa, pero vivirlo es increíble. En general tocar en España y en Madrid, mi ciudad, me encanta, pero tener la oportunidad de tocar y llegar a personas de México, Japón y tantos lugares es estupendo.
¿Se vive en todos países la misma pasión por la música clásica? ¿Cómo es concretamente el caso de España?
En España tenemos grandes ciclos de conciertos y auditorios, pero como » vida musical» no puede competir con Alemania, (pocos pueden) porque en Alemania, la música está en el día a día, forma parte de la vida, por eso somos tantos músicos viviendo allí. Además geográficamente, es muy buen punto desde el que viajar.
¿Cómo es la proyección de los músicos españoles en este país?
La proyección de españoles fuera es espectacular, siento que somos muy respetados y que tenemos mucho éxito. Tenemos varios artistas en primera línea y es para mí ¡un orgullo enorme!
Alemania es un conocido referente musical. Sin embargo, usted critica que, en el caso de España, solo se hable de la parte negativa. ¿Qué tiene España que Alemania no tenga?
Una cosa que tenemos en España que no es fácil de encontrar en todas partes (salvo en Japón) es una gran cantidad de salas de conciertos con una acústica fantástica. En Alemania hay salas de gran renombre que desgraciadamente no suenan bien. Aunque no es el caso de la Philharmonie de Berlin, por supuesto, esa sala es una verdadera maravilla.
Muchos músicos españoles están buscando su hueco en la escena musical internacional. ¿Reciben suficiente apoyo en el conservatorio para proyectar su carrera?
Un conservatorio es difícil que te pueda apoyar lo suficiente, pero no solo en España, sino en todas partes. Cada uno tiene que buscar su camino, y no esperar a que te lo den, pero eso pasa en todas las disciplinas, mucha gente acaba la carrera y de repente no tiene » nada que hacer» por eso hay que estar muy activo, conocer gente, intentar que te escuchen.. etc
¿Cuáles son sus expectativas de futuro?
Estoy en un momento muy emocionante de mi vida, he trabajado durísimo para estar donde estoy. El futuro tiene muy buena pinta, ¡ya estoy firmando giras para 2019! Espero que todo siga igual de bien, y la gente siga disfrutando de mi música. Yo estoy motivadísimo para seguir trabajando duro y dar lo mejor de mí para mi público.
