martes, octubre 8, 2024
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Alemania se resiste a ser la esperanza de la socialdemocracia europea

Martin Schulz doppelt
Foto CC Udo Springfeld Flickr 

El revés sufrido este domingo por el Partido Socialdemócrata alemán (SPD) en las elecciones regionales de Renania del Norte-Westfalia hace escocer una herida que va más allá de las fronteras nacionales.

La sorpresiva victoria de los conservadores de Angela Merkel en el estado más poblado del país no solo cercena las aspiraciones del líder del SPD, Martin Schulz, de vestir el traje de canciller una vez celebradas las elecciones generales del 24 de septiembre, sino que desinfla la esperanza de sus seguidores de que sea un alemán quien saque a la socialdemocracia europea del atolladero.

Con un partido socialista francés hundido, un PSOE español descabezado e inmerso en luchas intestinas y unos laboristas británicos fuertemente debilitados, Schulz se había erigido como el único superviviente socialdemócrata entre los países grandes de Europa.

A ojos de sus vecinos del bloque, Schulz era, y para muchos lo sigue siendo, el político llamado a insuflar ánimos a una familia que se ha ido deslavazando en cada cita con las urnas en medio del auge de los populismos y la aparición de nuevos partidos, también en el ámbito de la izquierda.

«Pese a las horas bajas de la socialdemocracia en Europa, los efectos fulminantes del cambio de líder al frente del SPD sitúan a Martin Schulz como candidato creíble para disputar a Angela Merkel la cancillería de Berlín en las elecciones del 24 de septiembre, algo con lo que ni la política alemana ni la europea contaban hace pocos meses», comentaba en marzo pasado el diario español «El País».

Sin embargo, desde entonces el líder socialdemócrata y ex presidente del Parlamento Europeo ha puesto su firma a tres derrotas de tres posibles, la última este domingo curiosamente en la región de la que es oriundo. Merkel, por el contrario, ha hecho triplete.

Las elecciones de Renania del Norte-Westfalia, el «Land» más poblado de Alemania, están consideradas además un termómetro fiable de cara a las generales y constituían por ello la oportunidad perfecta para medir el potencial del líder socialdemócrata.

Pero el llamado «efecto Schulz» -que tras su nominación en enero desató la euforia entre el electorado haciéndole escalar hasta diez puntos en las encuestas- se ha apagado. «Martin Schulz ha desarrollado una cierta rutina: comentar derrotas electorales», resumía con sarcasmo el semanario «Der Spiegel».

El diario económico «Handelsblatt», por su parte, constata: «Estos resultados generan dudas considerables sobre si el SPD con Martin Schulz como candidato tiene alguna posibilidad frente a Angela Merkel en los comicios federales».

«El SPD ha hecho cosas mal, pero la Unión Cristianodemócrata (que dirige la canciller) también ha hecho algunas cosas bien», señalaba el dominical conservador «Welt am Sonntag».

En Renania del Norte-Westfalia, región en la que la socialdemocracia gobernaba casi ininterrumpidamente desde hace 50 años, los conservadores liderados por la canciller supieron sacar partido a una gestión socialdemócrata que presentaba dos flancos débiles: la seguridad y la economía.

Los ataques sexuales contra mujeres en Colonia en la Nochevieja de 2015 y los sucesivos errores de las autoridades de la región que perdieron la pista a Anis Amri, autor del atentado terrorista en un mercado navideño de Berlín, estuvieron muy presentes en la campaña.

La deuda pública excesiva de 180.000 millones de euros (196.180 millones de dólares) y una tasa de desempleo dos puntos superior a la media nacional terminaron por decantar la balanza en este estado enclavado en la cuenca del río Ruhr donde la reconversión industrial dejó a miles de mineros sin empleo.

Las elecciones en Renania eran el último test electoral antes de la gran cita con las urnas de septiembre. El SPD afronta las generales con credenciales más que mejorables, después de caer este domingo ocho puntos en relación a las elecciones de cinco años y con una Merkel que ha asumido sin remilgos postulados clásicos de la socialdemocracia.

A cuatro meses y medio de las generales resulta atrevido aventurar que Schulz pasará a engrosar la lista de socialdemócratas que elección tras elección, empezando por el ex canciller Gerhard Schröeder, han sido barridos por una Angela Merkel que, en palabras de «Der Spiegel», vuelve a ser «indestructible».

Los tiempos en política han cambiado. La realidad, con el «Brexit» y la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, ha impuesto escenarios que parecían inimaginables.

Así las cosas, el socialdemócrata alemán parece encomendarse a las carambolas del destino. Por ahora se consuela mirando al país vecino, convencido de que no todo está perdido.

«Hace cinco meses mi amigo Macron estaba muy abajo (en las encuestas) y ahora es presidente», recordó ayer Schulz mientras digería una derrota sin paliativos en Renania, el considerado corazón de la socialdemocracia en Alemania.

Berlín, 15 may (dpa)

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