Alemania celebra hoy una conferencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre Libia con líderes mundiales para tratar el conflicto del país en guerra civil, poco después de que terminaran conversaciones similares en Moscú sin que lograran progresar.
La cumbre se celebra tras un aluvión de actividad diplomática destinada a intentar que los líderes de las facciones en conflicto de Libia, el primer ministro, Fayez al Serraj, y el general rival Chalifa Haftar, vuelvan a la mesa de negociaciones.
Al Serraj puso en duda la agenda de su rival Haftar horas antes del comienzo de la conferencia en una entrevista con dpa: «La larga experiencia nos hace dudar de las intenciones, la seriedad y el compromiso de la contraparte, que todo el mundo sabe que busca el poder a cualquier precio».
El primer ministro libanés que goza de reconocimiento internacional se comprometió a «defender» a Trípoli en caso de que la conferencia de Berlín termine sin dar conclusiones y Haftar continúe de campaña por la ciudad.
«Si la agresión se reanuda, seguiremos defendiéndonos con firmeza hasta que esta sea derrotada. No hemos atacado a nadie», añadió el ex legislador libanés.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el presidente ruso, Vladimir Putin, el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, el primer ministro británico, Boris Johnson, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, son algunos de los invitados a Berlín.
Rusia expresó su esperanza de que las conversaciones de Berlín consoliden el alto el fuego ya negociado el pasado fin de semana para el país norteafricano, devastado por la guerra civil.
Sin embargo, Haftar abandonó las conversaciones de Moscú sin firmar el acuerdo de alto el fuego.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, que posteriormente visitó Libia esta semana, dijo que el influyente general había aceptado tácitamente la tregua.
«Es muy importante que se respete el cese el fuego», aseguró el viernes el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.
Por otra parte, Alemania se centra en detener el flujo de armas y combatientes extranjeros hacia Libia, que vive en agitación desde el derrocamiento del dictador Gaddafi en 2011.
«Nuestro primer punto de contacto en el proceso de Berlín son las partes internacionales del conflicto de Libia. Queremos animarles a que se retiren», escribió Maas en Twitter el viernes.
El ministro de Relaciones Exteriores italiano, Luigi Di Maio, se hizo eco de ambos puntos en un post de Facebook antes de la conferencia.
«Tenemos que detener la venta de armas (a Libia) y trabajar por un cese el fuego. Garantizar la seguridad en Libia, donde existe una fuerte amenaza terrorista, significa garantizar la seguridad también en nuestro país», sostuvo Di Maio.
Erdogan espera resultados «concretos» de la conferencia, que es un «paso importante» en el camino hacia una solución política y la consolidación del alto el fuego, señaló el domingo en Estambul antes de partir hacia Berlín.
El presidente turco señaló que las esperanzas que surgen del alto el fuego y de la reunión de Berlín no deben ser sacrificadas a las «ambiciones de los comerciantes de sangre y caos».
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Turquía, que es partidaria de Al Serraj, envió supuestamente cientos de combatientes aliados de Siria a Libia en las últimas semanas.
Berlín, 19 ene (dpa)
