Parque de Palacio de Sanssouci, en peligro por cambio climático

Los periodos de sequía y las condiciones meteorológicas extremas causan cada vez más problemas a los parques de la Fundación de Palacios y Jardines Prusianos de Berlín-Brandeburgo.

Un árbol caído en el parque del Palacio de Sanssouci en Potsdam, en el noreste de Alemania. Foto: Soeren Stache/dpa-Zentralbild/dpa

Los periodos de sequía y las condiciones meteorológicas extremas causan cada vez más problemas a los parques de la Fundación de Palacios y Jardines Prusianos de Berlín-Brandeburgo, en especial al que rodea al Palacio de Sanssouci.

«Los jardines históricos, a diferencia de otras obras de arte, son especialmente vulnerables al medio ambiente», indicó Michael Rohde, director de Jardines de la Fundación.

Los árboles y plantas que en su día fueron ubicados siguiendo el diseño paisajístico de los jardineros prusianos cada vez requieren más ayuda.

En la colina de Ruinenberg, en el norte del parque de Sanssouci, hay que talar unas 90 hayas muertas. No sobrevivieron a la sequedad de los tres últimos veranos. Algunas zonas han sido acordonadas y no son accesibles por razones de seguridad. Ahora hay que decidir qué árboles se plantarán en sustitución.

Desde hace varios años se está llevando a cabo un proyecto de investigación sobre las medidas de adaptación al clima de los jardines históricos, comentó Rohde.

Se trata también de preservar conjuntos históricos de plantaciones o árboles mediante riego selectivo o sistemas de retención del agua de las precipitaciones.

La experiencia indica que las plantas leñosas procedentes de la propia siembra del jardín o de los rodales del parque están mejor adaptadas genéticamente para la regeneración y son más resistentes que las procedentes de otros cultivos o viveros.

Las plagas también se lo pusieron difícil a la flora. El mildiu, los gracillariidae y los hongos dañaron castaños, tilos y fresnos. En las denominadas camas de cultivo, las malas hierbas, como la cola de caballo de campo y la aegopodium podagraria, se están propagando debido al cambio climático.

«También se están detectando especies invasoras como la cochinilla australiana y la polilla de los cítricos», señaló Rohde.

Además, el periodo de crecimiento se ha alargado, por lo que las plantas y árboles necesitan más agua, añadió.

A finales del pasado año se puso en marcha un proyecto de investigación que utiliza como ejemplo el procedimiento de los jardines de la Fundación para proteger los bienes culturales de los fenómenos climáticos extremos.

En virtud de ese marco, se elaborarán hasta finales de 2023 estrategias de prevención y protección de bienes culturales irrecuperables con el apoyo del Ministerio alemán de Investigación.

Potsdam (Alemania), 2 abr (dpa)