sábado, abril 20, 2024
InicioActualidadBerlín: un arma muy creativa contra los ruidos de la noche

Berlín: un arma muy creativa contra los ruidos de la noche

mimos Son figuras inevitables de la agitada noche berlinesa. Con las caras  y ropas pintadas de blanco imitando a los mimos, se pasean por las calles de la popular zona de fiesta Friedrichhein en la capital alemana.



Los clientes de los bares en las calles los reconocen al momento y con una breve actuación al lado de las mesas con luces de flash y almohadas, pretenden dar un mensaje claro “Hay gente que vive aquí. ¿Por qué tiran los chicles al suelo? ¿No debería estar el cigarrillo en el cenicero?”. Exactamente igual que los mimos, al final consiguen dar a entender sus mensajes sin pronunciar palabra.

Estas actuaciones son parte “Fair.Kiez”, un proyecto piloto impulsado por el distrito de Friedrichain y los propietarios de clubs, restaurantes y hoteles. Está destinado a reducir ruidos y basuras en las zonas de fiesta, a la vez que informan de forma creativa sobre los problemas que causan a los residentes del barrio.

Inicialmente, este  proyecto se ejecutará hasta mediados de julio. Los mimos salen cada fin de semana para enfrentarse a los “fiesteros” con turnos que no terminan hasta la cuatro de la mañana. “Uno se d  cuenta de su propio comportamiento de forma diferente”, admite un joven tras un encuentro con estos mimos ante una coctelería:” En Berlín la gente tiende a pensar que puede hacer lo que quiera”.

Para cumplir con su cometido, los mimos no salen solos. Están acompañados por asistentes entrenados que hablan varios idiomas. Reparten panfletos y explican el significado que tiene el proyecto “fair.kiez”.

Las autoridades del distrito investigaron cómo  otras ciudades hicieron frente a este tipo de problemas La idea de los mimos ya se aplicó en Paris y ahora el distrito de Friedrichhain destinó 50.000 euros al proyecto, cofinanciado por la Unión Europea con una cifra similar. Como objetivo, los organizare se esperan que la inversión ayude a reducir el número de llamadas a la policía por causa del ruido. Unas intervenciones cuyo coste al final también acaba pagando el contribuyente.

Berlin (dpa)

- Advertisment -